El 9 de julio es nuestra fiesta patria por excelencia. Constituye una bisagra en la composición de nuestra historia, en la que se recuerda lo acontecido, ese día de 1816, en la sesión del Congreso de Tucumán, cuando las Provincias Unidas del Río de la Plata promulgaron su Independencia política y económica de la monarquía española, renunciado asimismo, a cualquier otra dominación extranjera. El proceso independentista tuvo una trayectoria que se gestó mucho tiempo antes, y su decisión se postergó hasta 1816.
La idea de Patria nos envuelve, nos liga, nos aglutina y al mismo tiempo, nos identifica, y las conmemoraciones reafirman ese sentimiento.
Hoy la celebración de nuestra fiesta patria, se ve afectada por el aislamiento preventivo, en un contexto de pandemia mundial, situación que nos obliga responsablemente, a estar en nuestras casas, y que dichas restricciones nos impidan los festejos.
No obstante, como todo desafío, constituye una buena oportunidad para reflexionar.
Pensemos sobre el esfuerzo que requiere construir un futuro mejor; porque esa es la síntesis que imaginaron los patriotas de aquel 1816.
Sabemos que no es fácil, aunque no, imposible. Sólo hay que formar a nuestros hijos e hijas, en los mismos valores y con el mismo ímpetu, que tuvieron aquellos hombres que forjaron nuestra historia. Aquellos hombres que dejaron como herencia en esta tierra, la libertad, y con idas y vueltas, el sentido de unidad nacional.
Valores que que los fundadores de la nacionalidad, defendieron y emprendieron con sus luchas y sus sacrificios, triunfos y derrotas. Esos valores son los de la libertad, la tolerancia, la justicia, Ia igualdad, la paz y la solidaridad.
Es nuestro deber, como lo fue ayer en 1816, hoy y siempre, seguir promoviéndolos, para gritar todos juntos ¡Viva la Independencia!"
La Dirección